lunes, 22 de abril de 2024

DIEGO URDIALES Y JOSÉ GARRIDO CLASE MAGISTRAL EN LINEJO

 

Siempre que voy a un tentadero lo hago con mucha ilusión, ganas e incluso algo de nervios. Por muchas razones, la verdad, pero la fundamental es porque soy un privilegiado en poder estar en “el laboratorio” de un torero, en su entrenamiento, en su intimidad, y eso no se paga con todo el oro del mundo.

Hace muy pocas fechas, en “Linejo”, casa de Juan Ignacio, tuve un “cartel” de auténtico lujo. Dos toreros con una gran sensibilidad, con un ritmo, compás, temple y aroma de torero grande. Diego Urdiales y José Garrido recién llegados de sus respectivos triunfos en La Maestranza, dejaron una tarde para paladear en “Linejo”.






Dos toreros de arte, de arrebato, de sentimiento y capacidad de hacer llenar el alma, de pellizcar el corazón, de poner el vello de punta, a los que somos capaces de descifrar los misterios del toreo eterno, del que no se rige por modas ni épocas, por el toreo atemporal.







Solo puedo mostraros unas fotografías de aquella maravillosa tarde, y digo solo, porque las obras de arte que se realizaron en el ruedo de la plaza de tientas de “Linejo”, fueron tan grandes como efímeras, como una gran montaña de arena desmontada por una suave brisa que acaba haciéndola desaparecer, pero para los que la hemos visto, permanece intacta en la retina, la memoria y el corazón.